Cuando somos jóvenes no es fácil pensar en temas como hacernos viejos, perder a nuestros padres o el retiro laboral, ya que vemos esas situaciones muy lejanas, pero hay un tema que es aún más difícil imaginarnos: nuestra muerte. Y es que todos tenemos planes a corto, mediano y largo plazo; nos visualizamos en diferentes momentos de nuestra vida y trabajamos para conseguir diversas metas y construir nuestro patrimonio; sin embargo, pocos nos preparamos para el momento de morir. Definitivamente no es algo que la mayoría espere con emoción o para lo cual haya trabajado arduamente.

El momento de la muerte se relaciona principalmente con la gente de la tercera edad, pero recordemos que en muchas ocasiones los accidentes y las enfermedades pueden adelantar ese momento, por lo cual es importante dejar a nuestros seres queridos una organización mínima de nuestros bienes y la distribución de los mismos. Para ello existe el TESTAMENTO.

Y si bien es cierto que la idea de hacer un testamento es bastante conocida, muy pocos la llevan a la práctica, en ocasiones por cuestiones ideológicas y por falta de conocimiento sobre el tema. Algunas de las creencias erróneas más comunes son las siguientes:

1.- Es un trámite engorroso y tardado.
Se trata de un trámite sencillo y rápido, incluso, una vez que contactas a un notario, éste te puede enviar un machote para ayudarte a cubrir adecuadamente todos los puntos que te conviene prever, como por ejemplo, pensar en quiénes serán tus beneficiarios. Cuando estés seguro de cada aspecto, podrás redactar tu testamento junto con el notario en cuestión de minutos.

2.- Solo aquellas personas que tienen descendientes pueden tramitar un testamento.
Toda persona, tenga o no hijos/hijas puede realizar su testamento a partir de que cumple 14 años de edad.

3.- Solo puedes designar a tus familiares como herederos o beneficiarios.
Cuando realizas tu testamento puedes heredar tus bienes a quien desees, sean o no tus familiares.

4.- No es necesario realizar un testamento, “mis seres queridos jamás tendrán conflictos por la repartición de mis bienes cuando yo muera”.
Se generan más conflictos entre los miembros de una familia cuando no existe un testamento del difunto que cuando sí lo hay. Las buenas intenciones suelen ser muy frágiles ante las primeras fricciones de enfoques, de intereses y por la influencia de terceras personas. Evita la separación de tus seres queridos y herédales no solo bienes, sino tranquilidad y menos trámites a tu partida.

5.- Realizar un testamento es algo muy costoso.
Contratar a un notario para que realice tu testamento cuesta en promedio unos 3 mil 500 pesos en la Ciudad de México, mientras que en el resto del país ronda los 2 mil 400 pesos, dependiendo del estado1, sin embargo, puedes aprovechar septiembre para hacerlo, ya que los notarios reducen hasta 50 % sus honorarios. Acércate al Colegio Nacional del Notariado Mexicano (CNNM) para que te contacten con un notario: http://www.notariadomexicano.org.mx/

6.- Una carta firmada funciona igual que un testamento.
El testamento ológrafo es aquel que escribe a mano el testador, sin necesidad de entregárselo a un notario. Puedes redactarlo y dejar tu última voluntad en cualquier tipo de papel; cuando fallezcas se evaluará con la ayuda de testigos para asegurar que la letra es tuya y así darle validez. Se dice fácil pero cuando hay varios herederos interesados, la versión de cada quien puede complicarlo todo. Por otra parte, puede perderse o eliminarse fácilmente, logrando que no se cumpla la voluntad del testador. También cabe la posibilidad de que se impugne si incluye disposiciones contrarias a la ley o lo desestime el tribunal si duda de su autenticidad.

7.- Realizar nuestro testamento acelerará nuestra muerte, es una forma de invocarla o nos predispone a ella.
Realizar tu testamento no quiere decir que tu muerte esté cerca, ni que te sucederá algo malo en consecuencia. Sin duda estarás realizando algo que será de gran ayuda para tus beneficiarios queridos en cualquier momento.

8.- Me puedo arrepentir de mi decisión y ya no podré cambiar mi testamento.
Si en algún momento cambias de opinión sobre cualquier aspecto de tu testamento, puedes cambiarlo cuando y cuantas veces quieras; tan es así que es recomendable actualizarlo de vez en cuando, ajustando los cambios de tu patrimonio.

9.- El testamento solo es para aquellas personas que poseen grandes fortunas.
Por mínimos que consideres tus bienes, tienen un valor, por lo cual debe quedar claro quién podrá disponer de ellos. Además, en un testamento también puedes dejar estipulado a quién quieres dejar objetos o pertenecías sin valor monetario, pero sí simbólico. De igual forma puedes dejar descrito qué deseas que se realice con tu cuerpo al momento de morir, si donarás órganos, etc.

10.- El testamento es solo para personas que padecen una enfermedad terminal.
Esto es falso, ya que de hecho, la persona que realiza su testamento debe encontrase en pleno uso de sus facultades mentales y como se mencionó anteriormente, seas joven o viejo, estás expuesto a la muerte en cualquier momento.

• Toma nota: en el caso de tu cuenta AFORE, por ejemplo, también debes designar a tus beneficiarios sustitutos, los cuales, a falta de los legales (esposa/esposo, hijos/hijas, madre o padre) pueden disponer de los recursos de tu cuenta si falleces; es un trámite muy sencillo que lo puedes hacer directamente con tu AFORE o desde tu celular bajando la app AforeMóvil. Checa más sobre este tema aquí.

Nos podemos topar con todas estas ideas o mitos en el camino, pero lo importante es que no te detengan. Infórmate bien y aprovecha cualquier momento para adelantarte y realizar este importante trámite que no solo te dará tranquilidad a ti, sino también seguridad, protección y menos problemas a tus seres queridos.

Y si ya realizaste tu testamento, comunicárselo a la persona que hayas decidido que funja como albacea, de preferencia en acuerdo mutuo, ya que esto reducirá el tiempo de los trámites.

Asegúrate de no heredar problemas.

[1] El financiero, ¿Cuánto cuesta realizar un testamento? http://www.elfinanciero.com.mx/economia/cuanto-cuesta-hacer-tu-testamento